El blog de Angel

De forma repentina, y tras mirar las combinaciones de tren para llegar a Madrid, en la cama del Albergue de Logroño, ya con las luces apagadas, me surgió la idea de finalizar en Logroño, buen lugar para iniciar la 2ª fase, el próximo año con mi hija Saray.

Es una de estas ideas que te llegan fugazmente, y las deja ahí aparcadas.

Me dormí y a la mañana siguiente, a las 5:00 h. ya todos comenzaron a levantarse y preparar las mochilas para marchar. Yo hice lo mismo, y ya en la puerta del albergue con mi mochila a la espalda, tenía dos opciones, tirar para la izquierda con el resto de peregrinos o a la derecha en dirección a la estación de tren.

Una de las ventajas de ir solo, sabéis cual es?, que podéis hacer lo que os salga de los co….., jajajaja. Y eso fue lo hice, tiré para la estación y me quedé con ese buen sabor de boca, de todo lo vivido hasta el momento. Se me quedó cuerpo de volver.

A las 06:30 h me encontraba ya en la estación de tren, y a las 07:50 horas partía el tren para Madrid. A las 11:15 h estaba ya en Atocha y a las 12:00 h partía en autobús para Badajoz. A las 18:30 h llegaba a mi casa. Y fin de esta primera fase del Camino de Santiago.

La experiencia ha sido muy buena, hay que vivirla, para saber que significa hacer El Camino de Santiago. Cada uno sacará su propio Camino, yo he sacado el mío.

Personas con la que he compartido Camino:

Wan (Coreano). Solamente coincidí con él en la primera etapa. Después ya no lo volví a ver más.

Marcos Cava Cavalli (italiano). ´

Jaime Signes (de Jávea.Alicante). El peregrino pijo.

Pauli y su hijo Borja (de Santa Pola.Alicante)

Eva Risueño (de Alicante)

Sonia y Lidia (hermanas de Salamanca)

Rubén y Dori (Benidorm)

Felix (Ciudad Real)

Juan (Madrid)

Javier (Madrid)

Estos tres, Felix, Juan y Javier iban juntos. Eran unos máquinas andando.

Fran (Jaén)

Josu (Bilbao)

Pep y su perra (Barcelona)

Josefa y Marcos (La Gomera)

Tamara (Oregón)

La pareja de hindúes, residentes en Washington DC. Perdón, no recuerdo vuestros nombres.

Nicole (Francia)

Patricio (Francia)

Daniel Pacheco y su amigo (perdón, no recuerdo tu nombre). Surferos de Cantabria.

Y otras personas de distintas nacionalidades, con las que compartí al menos unas palabras de aliento.

A todos ellos, les doy las GRACIAS, por habérmelo hecho más fácil.

En el tren de regreso a Madrid

Lo primero destacar que el albergue Casa Mari de Torres del Río (Navarra), me encontré como en casa y descansé como en ninguno de los anteriores. Regentado por una señora mayor nos trató con el exceso de amabilidad que faltó en el Albergue Municipal de Estella.

A las 06:45 horas iniciaba la etapa y se encontraba amaneciendo.

Como el albergue se encontraba al final del pueblo pues rápidamente me encontraba ya en El Camino. A los pocos minutos me alcanzaron los dos chicos surferos de Cantabria, a los que le hice una fotografía para tener recuerdos de ellos, y por si algún día se los encontraban Saray y Fran en Cantabria en alguna ola paralela a la suya.

El día se encontraba fresquito, con gran diferencia al anterior, y la ruta y los paisajes fueron infinitamente más bonitos para la vista y el olfato.

Disfruté muchísimo en esta etapa, ya que iba muy relajado, con una tranquilidad difícil de explicar.

Este es el sonido del Camino cuando vas solo

Alcancé pronto a Nicole, una señora mayor de 60 y algo años, que habíamos estado en el Albergue Casa Mari. Esta señora lleva ya caminados 800 kilómetros, ya que viene de la zona norte de Francia, os dejo un plano para que os hagais una idea de lo andado y de lo que aun le queda.

Aun le quedan 660 kms para llegar a Santiago

La conversación fue escasa porque ella no entendía bien el inglés, y yo de francés nada de nada. Pero, a veces, con pocas palabras se dice todo.

Durante todo el camino fuimos alcanzándonos en distintos tramos, e incluso en una bifurcación un tanto dudosa, entre los dos tomamos la decisión, que al final resultó ser la buena.

Finalmente llegamos a Viana, y en la entrada del pueblo había una fuente y unos bancos para descansar. Como era la mitad del trayecto, ya sabeis lo que hice, verdad?. Quitada de botas, dosis de vaselina y cambio de calcetines.

Aquí compartimos el descanso Nicole, Patricio y yo. Patricio es otro francés de origen polaco.

Nos hicimos unas fotografías juntos para tener recuerdos y luego enviárselas a ambos.

Con Nicole

Con Patricio

Viana me encantó, podréis apreciarlo en las fotografías. Aquí paré a reponer fuerzas, en "La Taberna" justo enfrente de la Iglesia, pero me encontraba tan a gusto, que en este pueblo estuve como cerca de hora y media, visitando la Iglesia y aprovechando las explicaciones que daba una profesora a sus alumnos sobre Viana, César Borgia y la Iglesia.

Profesora explicando historia de la Iglesia, Viana y

de César Borgia (1)

Profesora explicando historia de la Iglesia, Viana y

de César Borgia (2)

En "La Taberna" mientras me tomaba un café tras el pincho estuve hablando con la dueña o encargada. Hablamos que la crisis también está afectando al Camino, ya que los peregrinos consumen menos que otros años. Me comentaba que no entendía como podían comer algunos solamente una ensalada a las cinco de la tarde, y les dije que no comían solamente eso, ya que llevaban comida que luego se hacían en los albergues.

Este intervalo de hora y media que me paré hizo que la mayoría de peregrinos que se habían quedado en Los Arcos, me alcanzaran. Y ya, a partir de aquí fui acompañado hasta Logroño, por ellos. Mayormente caminé con Lidia, Sonia (las hermanas de Salamanca) y Fran (de Jaén).

Nos hicimos una fotografía de grupo en Viana, y como nuestro destino común era Logroño, hicimos planes para compartir todos juntos, unos pinchos y unos riojitas por la Calle Laurel. A las 14:00 horas quedamos en El Espolón.

De izqda a derecha, Félix el manchego, Javier de Madrid (el mas alto de atrás), Sonia (de Salamanca), Yo, el de atrás no sé, Rubén y Dori (de Benidorm), y la de chica de azul del extremo Lidia (de Salamanca). El resto no me acuerdo de sus nombres

Continuamos hacia Logroño, y por El Camino nos encontramos a un chico con una especia de stand, regalando unos libros. Nos dijo que lo único que nos pedía si los cogíamos era que si no nos interesaba que no lo tiráramos. Pensando que serían un libro que hablara de algo relacionado con El Camino, nos llevamos una sorpresa, al ver que hablaba sobre una profecía. Fran comenzó a leer algunos párrafos, y producían risas. A Sonia le daba repelús escucharle, jajaja.

Sin problemas entramos en Logroño, por una parte que yo desconocía, a pesar de ser esta la tercera vez que lo visitaba. Las otras dos fue en plan turístico, y todo giró en torno a la calle Laurel.

Llegamos al albergue, ducha rápida y al Espolón a quedar con la gente.

Al llegar al espolón, tuve la gran suerte de encontrarme con Pep (el catalán) y su perra. Nos tomamos un refresco juntos en una terraza, ya que no lo había vuelto a ver desde la etapa Pamplona-Puente de la Reina.

La perra de Pep descansando tras El Camino

Pep y su perra esperando un taxi que les llevara hasta Los Arcos
a recoger la furgoneta.

A pesar de haberme retrasado con Pep, merecía la pena, y a ser conocedor de Logroño, y sobre todo de la Calle Laurel, rápidamente localicé al grupo que ya llevaban un par de pinchos y riojas.

Compartimos una buena jornada y sobremesa. Finalmente fuimos al Albergue y quedamos para cenar Felix, Juan, Javier y yo. Los llevé al sitio ese de los pinchos de tortillas que en abril estuvimos, Marcial, Cuti, Cano y yo. A Javier le encantó porque se comió dos pinchos de tortilla con pimientos picantes.
Tuvimos la suerte de ver una actuación de una especie de comparsa con motivo de las fiestas de San Juan.